Un pequeño espacio con paredes de caña, techo de zinc y piso de tierra se ha convertido en aula de clases. Allí, cerca de 25 estudiantes del barrio Voluntad de Dios, perteneciente al sector de Monte Sinaí en Guayaquil, reciben clases.
Una madre de familia y una voluntaria de la Fundación Hogar de Cristo limpian las bancas improvisadas, lanzan agua al piso para asentar la tierra y acondicionan el lugar lo mejor que pueden, para recibir a los infantes que tras más de dos años de pandemia aún no pueden ir a la escuela.
La unidad educativa de estos pequeños está en remodelación desde hace más de dos meses. Como ellos, otros 911 niños de este asentamiento vulnerable volvieron a tomar clases en línea.
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